lunes, mayo 05, 2008

Give it a name

Buenos días, mi nombre es... bueno no importa. O quizá importe demasiado. Leí una vez que cada uno, así como cada cosa, tiene su propio y verdadero nombre, y que conocerlo puede conferirte un gran poder. Se ha escrito un libro sobre esto. Con transfondo, con personajes, con magia y todo. Incluso alguna peli cutre basada en dicho libro. Es más, he oido que pronto se hará una superproducción sobre el tema, aunque probablemente omitiran el tema y correrá la sangre... La cosa es que yo no digo que nada de esto sea cierto, pero es una manera de metaforizar la esencia de las cosas, la unicidad de las personas(me refiero a que cada cual es único, no a que las personas sean de una sola pieza, que los zombies que llevan su cabeza bajo el brazo también son personas pese a sus peculiares gustos culinarios y sus andares arrastraos), una forma de definir a cada uno con una sola palabra diferente al resto, porque vale, cada uno tenemos nuestro nombre, un nombre impuesto que no hemos elegido y al que nos hemos hecho, lo hemos aceptado por conformismo, por elegancia, por gratitud, por acertado, por indecisión, por que sí. Y es que es muy difícil darle nombre a algo o a alguien. Vale, si estás escribiendo un libro de ciencia ficción o de fantasía rebuscas idiomas extraños y traduces frases del tipo "machote del espacio" o "vision de lince y olfato de puerco" y te salen nombres de lo mas vistosos y sonoros(según el que lo lea). Es más, de esta manera incluso te acercas a ese verdadero nombre, esa esencia definitoria, pero porque tus personajes son tuyos y su destino o acciones las decides tu, por mucha rienda suelta que le des a los verbos y a la improvisación. Un buen nombre puede definir una gran historia llena de grandes azañas y enormes fatalidades. Las historias "reales" tienen mas misterio. Un nombre con personalidad y fuerza es más difícil que tenga verosimilitud en un mundo tan gris y jadeante como es la realidad. Toca deformarla, hacerla vuluptuosa o minimizarla, reducirla, retocarla, filtrarla. O no darle nombre a nada y describirla desde la distancia, desde muy adentro, desde arriba, sumergido en ella. Y buscarle un nombre, buscarselo a uno mismo para descubrir la esencia propia.
Eso es lo realmente complicado, definirse.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

ups, te he enviado un mensaje a mibergon, no sé si me dijiste que ya no la usabas... mírala a ver.
que lo sepas, los nombres te hacen, yo tengo toda una teoría que no falla nunca, pero tienes que ser yo para comprobarlo. No te extrañes, todas las buenas teorías científicas funcionan así...
me lo releeré y comentaré más...
besos!

Unknown dijo...

Que maja la mar. hoy nos ha llamao barbara, pero solo ha hablao con mi madre. parece que tiene ganas de venir, a ver si hay suerte... y lo de los nombres... como podras ver en mis entradas mas largas empiezo hablando de una cosa y acabo casi contradiciendome, se me ha ocurrido el tema este a las 7 y pico en el bus y luego dopado con café lo he escrito sin coherencia... bueno me voy a cultivar cuerpo y mente!

Dani Muñoz dijo...

viva terramar y sus circunstancias.

Anónimo dijo...

hey!!
has eliminado la saga!!
muy MAL!
-excepto si es para terminarla y darnos una gran sorpresa final... aunque supongo que eso no se puede producir hasta terminar la época de exámenes, eh? eh? eh?-
me gustaba mucho, ya te comentaré más...
un beso primil
vorazajx

Unknown dijo...

Ay maracas maracas... La he redireccionado! jeje ahora tiene su propio blog que en un futuro sera grande y fuerte como su hermano. tienes el enlace en la parte derecha... y ahora te enlazaré a ti tambien